El Gusto de Escribir

Yo quiero ser la abeja contenta que llegue a retozar en el dulce manjar del néctar de tu flor. Yo quiero ser la enredadera que se aferre a tu tronco frondoso, que se nutra de tu savia y que crezca feliz absorbiendo la esencia de tu raíz. Yo quiero ser, la cascada que caiga hacia la nada dejándose envolver en tu voz encantada. Yo quiero ser, la estrella luminosa de tu cielo hermoso que se cubra de tu inmensa luz. Yo quiero ser una contigo fundirme en tu ser y así obtener la más profunda felicidad. Yo quiero ser...

Dame la luz de tus ojos que yo caminaré hacia ti libre de despojos. Dame la sonrisa de tus labios que yo escribiré para ti mágicos abecedarios. Dame los latidos de tu corazón que yo recorreré llanos caminos floridos. Dame la suavidad de tus manos que yo recordaré amar más allá de lo humano. Dame tu presencia y yo te amaré con o sin elocuencia. Dame tu fulgor que yo te entregaré mi más dulce y puro amor.

Perdón por nunca apreciar el amor que en tu vida por mi suscitabas. Perdón por siempre pensar que en la distancia tú me olvidabas. Perdón por no valorar lo mucho o lo poco que tú me dabas. Perdón porque ahora que te han alcanzado los años, hasta ahora que me han alcanzado los años, puedo decirte que siempre te he amado. Perdón papá.

Desnuda así fue como llegué, descalza, sin vestimenta ni equipaje con un poco de bagaje de vidas pasadas. Desnuda me presenté ante mi familia y me fui modelando, más con el paso de los años dentro de varias ropajes me fui ocultado. Desnuda entregué a mis seres más queridos mi corazón con sus latidos, sus sentimientos y uno que otro tormento. Desnuda idealicé la vida en un cúmulo de fantasía, aprendí a conocer mi interior eso fue lo de más valor. Desnuda sin interés a quien pude serví con lágrimas y risas de todos ellos aprendí. Desnuda me iré de este mundo agradeciendo lo que viví nada me llevaré mi cuerpo a polvo llegará y mi alma inmortal seguirá. Desnuda así fue como llegué.