El Gusto de Escribir

                                                      Mientras más difícil más grande es el triunfo, te costó, mas luego viene una ráfaga de viento que te hace sentir tan contento, saborear lo bueno que pudiste dar. Es difícil, no hay nada fácil, pero son las cosas duras las que nos dicen cuanto más satisfactorio es el momento en que las consigues alcanzar. Mientras más difícil más grande es el triunfo porque valoras el esfuerzo realizado y gozas en extremo de lo que has logrado. Mientras más difícil más grande es el triunfo te sientes tan amado, sin absolutamente nada en ti equivocado, estás encima del mundo, realizado. Mientras más difícil más grande es el triunfo te deja anclado en una sensación de satisfacción, pues sientes con plenitud el corazón. Esfuérzate porque vale la pena, y no hablo de lo material, sino de lo absoluto, lo trascendental.

Enseñarte para mil alegrías darte. Enseñarte y cosas buenas brindarte. Enseñarte, de la mano llevarte, hacia una bella vereda encaminarte.                                     Enseñarte, o acaso quieres en la ignorancia del Ser quedarte. Enseñarte y que con amor crezcas haciéndote cada vez mejor. Enseñarte para que de mi mano sonrías y entregues tu singular brillo y alegría. Enseñarte...

                                                ¿Qué estás buscando? En qué estás tu energía concentrando, en tratar de sobresalir, en el abrigo de ser reconocido. ¿Qué estás buscando? El verde inseguro del fingido valor alienado que todos han dado al billete consagrado. ¿Qué estás buscando? Tu bienestar individual, el conocimiento ancestral, un título pegado en la pared que proclame lo que sabes. ¿Qué estás buscando? El aplauso del ingenuo, la condescendencia del ingrato. Dime, qué estás buscando acaso el tiempo estás despilfarrando. Recuerda, que cada momento se valora y que lo que dejas para después y lo que hoy no valoras todos lo lloran. No te dejes envolver reflexiona qué es lo mejor que puedes hacer pero antes contesta: ¿Qué estás buscando?

                                        Por mis niños de carita sucia, de vida dura sin excusa. Por mis niños sin sueños y amargura con adultos que le recuerdan su atadura. Por mis niños de polvo y espina que luchan sin ver oportunidad para crecer. Por mis niños que solos van, sin identidad ni bondad que reconocer. Por mis niños, mi razón para ser existir y dar. ¡Por mis niños!