La maldad en mí



La maldad en mí
disminuye porque
a tu presencia
siempre huye.

La maldad en mí
se difumina cuando
una sonrisa de tus
labios se avecina.

La maldad en mí
se encoge y se
retuerce pues
en mi interior
eres tú el que
crece.

La maldad en mí
se vuelve nula
pues tu amor
por mí la anula.





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