El Gusto de Escribir

Fluir en el remanso tranquilo del cristalino ojo del agua, Fluir en el puro y limpio manantial de la energía celestial. Fluir al cerrar los ojos en las trenzas serenas de la cascada color azucena. Fluir, lo positivo atraer y distinguir, lo negativo dejarlo ir. Fluir, en el sosiego absoluto de la paz completa, con su seducción coqueta. Fluir, respirar profundo para sentir la concordia de la vida. Fluir sin más, dejarse llevar por la corriente del torrente de energía divina.

La danza viva de mi calma permite dilucidar el regocijo de mi alma. La danza interna de las melodías escribe sus notas en la danza parsimoniosa de mis días. La danza cuidadosa de mi alegría refleja la luz de mi esencia y multiplica mi existencia. La danza viva de mi interior imprime mis horas de amor, en el primor de reconocer que viene de mí, fluye e intuye. La danza viva, de la vida me da energía en cada tono pastel de los pasos gentiles de lo que siento. La danza viva, es paz, equilibrio y armonía.