Propitius eris



Perdono, todas mis decisiones

equivocadas y las acciones

erradas que de ellas como hojas

se desprendieron.


Lamento, no decir todo lo que

siento y causar más de un 

sufrimiento.


Condono, todas las deudas y

culpas que pudieran quedar

ancladas en este ancho mar.


Doy la bienvenida a esta

parte de mi vida, en la que

me siento libre, especialmente

purificada y protegida.


Perdono mil veces, con un soplido

de viento, se gesta un remolino

sin remordimientos. 

¡Perdono!

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