El Gusto de Escribir

A veces los días se sienten como pequeños pellizcos en el brazo, que te enfrentan a algunos fracasos. Son lecciones que te hacen ver para dentro y visualizar las cosas de otra manera. Aunque uno no quiera, todos hemos tenido pequeños recordatorios para aprender a vivir. A veces seguimos sumergidos en la oscuridad y de pequeños pellizcos pasa a un porrazo, que sientes que te cegará. Pero en realidad es el que te despierta a la luz de la verdad, del amor infinito y su gran bondad. Ponle atención a los pequeños pellizcos.

Eres un narcisista pendiente de ti y de tus logros, tus necesidades, que francamente apocan tus bondades. Te admiras en exceso, todo debe girar a tu alrededor sientes que lo que tocas se vuelve un primor. Todo crees merecerlo, siempre estás seguro de lo que quieres y los otros son eternamente menos que tú por alguna razón. Despierta no todo se trata de ti. Los otros  no están solo para servirte, debes aprender a valorar y amar. Podrás tener buena imagen pero esta se irá acabando a medida que la edad vaya avanzando. Si miras bien a tu al rededor ínfimo y solo te vas quedando todo por tu egoísta actitud, narcisista.

Te duele el corazón mi querido, la base está en la emoción. Que no te duela, la vida ha dejado en ti, una secuela. Déjame arrullar tu corazón, con versos de cuna frente a la Luna, verás que sanará, más de alguna cuestión. Te duele el corazón me entristece, es el dolor de la vida que te ha cargado, te está pesando y molestando. Te duele el corazón que no te gane la emoción resuelve, perdona, solventa, no te rindas. Siente mi amor, te sentirás mejor me tienes a mí y a todos los que te amamos, necesitamos que sanes tu tierno corazón.

Te perdono, por todo lo huraño que has sido, por todo el tiempo perdido por lo que dejaste de vivir conmigo. Te perdono, por pasar desapercibidos los mejores años, solo dejando un tremendo vacío, claro que sí, te perdono. Porque la vida está hecha de momentos y relaciones que no cuestionas, que dejas o tomas, es lo único que te hace crecer o te puede hacer retroceder. Te perdono, sin rencores, vendrán tiempos mejores, para los dos, aunque tenga que esforzarme, a pasos agigantados, siempre de mi lado. No hagas nada tú, yo te perdono y construiré un buen cimiento que nos mantenga a los dos contentos, mientras tanto yo te perdono.

Al ritmo de mar: Como ola que se levanta a saludar. Como ave que sobrevuela la nube de belleza singular. Como espuma que se disuelve o se deja golpear. Como arena que se envuelve en agua para jugar. Como sol que domina con canto de zarzuela para iluminar. Todos sus componentes en un solo tono trascendental, la vida celebrar, sentir al ritmo de mar, vivir con su magia ancestral.