El Gusto de Escribir

Despertar o seguir dormido, Curioso, porque a pesar de Haber tanto ruido, aun en Muchos aspectos sigo dormido. Dormido ante la realidad de mi ser, Indiferente a la forja elocuente De la vida. No quiero seguir dormido Y aunque a veces siento que Despierto, me limito a pensar Que no es cierto y vuelvo a Regresar a dormir. Porque lo primero es saber que para Este mundo, estoy muerto, y sigo Dedicando todas mis energías A cosas llenas de fantasías. Los sueños viven conmigo, como Vivo para recordar que despierto voy Durmiendo, sabiendo que he de dedicar a Tonterías pasajeras que vivo aunque Sigo dormido. Hasta que despierte por fin algún Día contigo sigo vivo dormido.

                                         Vendes Que... con cara fingida algo que no es bueno, una subida de hombros que al dolor ajeno te hace indiferente. Vendes que... cosas negativas, dices que a nadie obligas, mas pasas de largo el daño que tus insumos a los demás causan. Vendes que... contaminas muchos organismos y lo peor tantas mentes y tú con ironía vas  por la vida vendiendo algo como bueno que hace mucho mal. Vendes que...

                                                     Tus juramentos se hicieron vanos se fueron como el humo del habano. Será porque no eran sinceros o solo se apabullaron, lo cierto es que perdidos se quedaron. Tus juramentos se hicieron polvo, con un soplido se fueron al olvido junto contigo. No es bueno jurar a las personas puedes lastimar, sino los cumples solo saliva vas a gastar. Con los juramentos no debes jugar.

                                           Un niño me dijo un día: siento miedo al saber o creer que no voy a poder. Siento miedo de lo nuevo por hacer o conocer. Siento miedo de lo difícil de aprender. Con una carita triste dijo: siento miedo por una y otra razón. Tomando su mano contesté: mas creo que siente miedo por tener triste el corazón. No se preocupe, yo lo acompaño, no tenga miedo, ahora trabajaremos en sentir el amor. El niño me sonrió.

                                                          Hay quien se cree valiente porque al tomar de su cincho la gran hebilla hace y dice cosas hirientes o indebidas. Lo que por aquí brilla es la ausencia de valentía. Pues mas que estar listos para defenderse y duros golpes o palabras lanzar. Ser valiente es atreverse a ser diferente y actuar correctamente. Valiente, el que encara las consecuencias de sus actos sin decir nada, pues bien sabe que es dueño de su libertad para actuar, pero también de las consecuencias que esta va a generar. Eres realmente valiente o como tanto delincuente buscas un arma secreta, que te haga dañar sin pensar. A caso mientras más daño hago más valiente soy.

                                                           El amor divino te protege, el corazón ennoblece, tu vida fortalece. El amor divino te protege, la noche y el día sencillamente embellece. Porque es el amor divino el que está siempre contigo y más allá de la vida permanece. El amor divino te protege eternamente a través de ti florece.

                                                Estoy aquí eterna con mi brillo, aquí completamente bella y cercana en la distancia. Estoy aquí dulce y tierna vestida de bondad, saturada de verdad. Estoy aquí, embriagada de mi instinto de mujer que desborda mi ser. Estoy aquí, con la fuerza del mar, la suavidad de la rosa, dispuesta a crecer. Estoy aquí.

                                                                                                                                                    Sólo ella cual única estrella que se posa en la frecura de la madrugada y al caer el telón del ocaso. Sólo ella camina entre las hojas que yo beso, preso del olor de su ser. Sólo ella puede anidar mi mundo y dejarme sin sentido en un segundo. Sólo ella es capaz de anular la diversidad para acumular mi necesidad de tenerla por siempre. Sólo ella despierta en mí, el sentimiento que extrae todas mis fuerzas de contento, hasta dejarme en la inanición de un tormento. Sólo ella, es solo ella y nada más.

                                                             Sobrebrivo, al frío del olvido a la ignorancia de ser lo que pretendo y que aún no consigo. Sobrevivo, a no estar eternamente contigo, a la locura de desear y querer, a encontrar y ver el ayer. Sobrevivo  finjo que no me doy cuenta cuando lo digo, pero Sobrevivo  a la ausencia larga del dolor que se comparte para hacerse uno conmigo, porque yo sobrevivo.

                                                         Recio e imponente tu silueta con un halo de luces crecientes. No hay otro como tú, con cúmulos de amor que destellan en tu pecho. Sonríes, con un toque de armonía, cautivas mi vida. Amor redundante, haces mi vida feliz, con solo sentir tu energía. Magestuoso, de un talante único realmente hermoso.

                                                Me basta con la oración, lo demás es una pérdida de tiempo, hasta lo que escribo en este momento. Me basta con la oración, con la que me despojo de todo lo malo y equivocado. Me basta con la oración, con ella me siento a tu lado me pregunto mil veces por qué he reencarnado. La única respuesta que viene cosntantmente es para recordar el nombre  de mi bien amado, Dios.

                                                                Ni buenos ni malos solo pasan por mi mente de forma deferente. Ni malos ni buenos se mueven como millones de peces en el mar dispuestos a surcar mis recuerdos, mis ideas, mis supuestos y juicios. Ni buenos ni malos son, solo se dejan llevar por las emociones que los puedan hacer aflorar. Ni buenos ni malos, solo me dicen el nivel de mi crecimiento y el ritmo de lo que llevo dentro.

                                                         Cuando invoco tu nombre, todo un relámpago de luz se agrega para completar mi forma de amar. Cuando menciono tu nombre, tu forma viene a inundar lo mucho o poco que  pueda imaginar. Cuando clamo a ti, se materializa mi suerte, la buena fortuna hace su pequeña fiesta. Parece que yo pido por ti  y tú ya  vives en y a través de mí. Todo al decir tu nombre.