De todas las manifestaciones del firmamento no existe ningún elemento que me conozca como tú, y es que escogiste mi corazón como capullo en primavera, lo llenaste de luz por donde quiera. Amor, afloraste en mi alma, colmando con calma todo mi ser, llegaste a mi centro, me acercaste a ti sin querer. Como bulbo en la tierra fuiste cortando cada capa de mi interior para que aflorara de mí lo mejor. Al encontrarte el tiempo se detuvo, el viento quedó mudo. Desde entonces, he percibido como sonrisa de brisa que estarías conmigo, sin darte una buena razón, acaso sin motivo. Se tejió cercano al plenilunio la historia del encuentro del amor profundo. Te agradezco, por cada buen gesto que me haces aflorar, por lo bueno y eterno de mí que puedo aportar. Gracias amor por ser único amor interno, amor verdadero.