El Gusto de Escribir

Hay algo que me impulsa  a escribir, aunque tengo  que hacer otras cosas. Pero me transporta al mundo de las letras me provoca, me alimenta no tengo de otra, que escribir. En el hacer profano de  la vida, se nos olvida que sentir sin pensar es vivir. Percibir, que lo bueno te llega que todo lo que no pasa te espera, que lo mejor viene de repente, que la bondad se siente, que el amor es todo. Me siento en tantas formas  diferente, fascinada, estoy escribiendo feliz, embelesada.

No quiero que termine jamás esa melodía locuaz que susurra por dentro, que me hace vibrar. Que se quede eterna, que se grabe sin tiempo dentro de mí, es bella, que se quede siempre aquí. Hay una nota que noto que me transporta, con una pregunta en el tintero, soy yo lo que realmente quiero ser... Tanto por esclarecer, tanto por responder, tanto para trascender que no se duerma, que no se pierda que no termine jamás.

Con un toque de tu melodía puedo sentir el trastoque de mi alma que me pertenecía, y como se fragua toda esa alegría de tu armonía. Con un toque navegué en lo profundo del ser de tu mar que era tan tuyo pero al entrar se hizo tan mío. Tan solo con un toque.

Nada tan pleno que un suspiro profundo. Nada tan santo como el sigilo de la madrugada. Nada tan puro como el agua cristalina. Nada tan infinito como el cielo suscrito a elevar al hombre. Nada tan especial como el llanto que brota del encanto. Nada tan bueno como la sonrisa aunque sea desierta. Nada tan sabio como la verdad de la nada que todo es.

De eruditos y genios de grandes y pequeños la gracia divina de la inspiración. Melodías trascendentales de ángeles celestiales que evocan y provocan las más tersas y fieles sensaciones. Nobles y santos que como suaves pétalos hacen fluir sonidos maravillosos, todos ellos generosos. De facultades admirables legado de melodías singulares todas ellas, al alma penetrables.

Quietud tan profunda tan mía tan grande tan fuerte tan pura. Quietud a caso es parte de lo tuyo, tan cerca, tan distante tan limpia. Quietud afluente de todo concluyente en la nada, tan solo es una, de todas y ninguna. Quietud

Hojas que caen en remolinos suaves silbando al suelo, como flotando. Aves que besan la nube en bandadas revoloteando que buscan o que huyen. Chispas de lluvia, que con gracia melodías sobre la tierra van tocando. Matices de cielo, dobleces de nube, que recogen el frío en grises suspiros. Te suenan a algo, te envuelven en un devenir de palabras en el fluir de sentimientos. Todas buscan, callan, emergen y danzan, resuenan en tu interior, cierras los ojos a su tiempo van llegando, se mecen... te suenan a algo.