El Gusto de Escribir

Voy hacia ti, contemplando las cosas bellas que guardas por ahí. Siento tu energía, algunas inquietudes, eres magnífica, aunque lo dudes. Contemplo la belleza dulce que llevas dentro,  es tan plena e intensa. Eres un ser maravilloso, tan virtuoso y luminoso. Por favor créelo. Voy hacia ti,  ¿Tú estarás para mí?

 Yo confío con toda mi fuerza en el esplendor del sol y su inmenso amarillo. Creo en mí, con toda  la gama de tonalidades del morado de mi vestido alargado. Estoy sin miedo a nada, pues lo que pase podré enfrentarlo con la mejor cara. Me siento tranquila con la seguridad del naranja del cielo del atardecer y su confianza. Contemplando el pensamiento positivo como el eterno y profundo mar azulado del que soy testigo. Con estos pensamientos amanecí hoy, con ellos me guío.