¿Me escuchas?
Eh, tú que estás frente a mí , ¿me escuchas? Tú que pareces poner toda tu atención careces de reacción, ante lo que te digo. Mis palabras parecen salir aglutinadas, entran a tus oídos pero no se gravan en tus cosas importantes. Mis necesidades explícitas en tanto vocabulario se pierden en el eco vacío de su destinatario. Parece que me escuchas, pero solo oyes, tus acciones son otras y lo que he pedido es simplemente ignorado. Para qué gasto saliva si tú no escuchas, parece que luchas con tu mente para que toda palabra mía no entre, atiendes tus necesidades pero olvidas las mías. Lo que te conviene, lo que no te cueste, lo que sea sacrificio lo dejas en el precipicio de lo poco importante. Porque no me escuchas, no me entiendes. Mi vocabulario se va dando vueltas con el viento desbocando todo lo que siento, no me sirve de nada si ante el que estoy parada, parece ignorar lo que digo. Necesito que mis palabras no caigan al olvido, que pueda sentir que son i