La maldad en mí
La maldad en mí disminuye porque a tu presencia siempre huye. La maldad en mí se difumina cuando una sonrisa de tus labios se avecina. La maldad en mí se encoge y se retuerce pues en mi interior eres tú el que crece. La maldad en mí se vuelve nula pues tu amor por mí la anula.