El Gusto de Escribir

                                                             Todo van cambiando tu vista se va nublando el cuerpo te va pesando hay mil cosas que  vas olvidando. Todo va cambiando, la energía va mermando,  aquella impulsividad la vas calmando. Todo va cambiando, la paciencia se va agotando, la piel se va aflojando las arrugas van llegando. Todo va cambiando, la Sosa lo dijo, todo lo superficial deja de ser igual, pero no cambia lo fundamental. Todo va cambiando, solo la alegría contigo se puede ir quedando al ver lo que has hecho y lo que vas proyectando. Todo cambia con el paso del tiempo, pero lo que nunca debes ir olvidando es que sigues siendo amado y puedes seguir amando. Dedicado a... todos los que vamos avanzando.

                                      Como el firmamento, que no guarda marca cuando lo atraviesan. Ese cielo esplendoroso que se inspira con el vuelo del ave. Se motiva con la fuerza del motor de una aeronave. Como el firmamento que deja pasar sin  padecimiento las nubes que lo llegan a visitar aún que estén cargadas de tormento. Como el firmamento trascendente en cada segundo, limpio, con sinceridad sin resentimiento. Importante para todos los que le rodean, gigantezco en su tarea. Ser como el firmamento.

                                                     Cómo olvidar que es de tu mano que aprendí a caminar y valorar. Cómo olvidar que es en ti en quien quiero pensar antes de actuar. Cómo olvidar que lo que hice de bueno, tú lo guíabas para mi bien. Cómo olvidar que lo mucho o poco que pude logar fue por tu amor que me hizo amar. Cómo olvidar que me has amado desde siempre y en mi vida estás siempre presente. Cómo olvidar que eres la fuente de todo lo que vivo y que anhelo siempre estar contigo. Gracias por siempre recordar y nunca olvidar.

                                                       Voluntad para hacer lo que realmente no quieres ¿pero debes? Un esfuerzo gigantesco para cambiar con gusto ¿lo que no apetezco? Voluntad, una fortaleza de la mayoría, para mejorar lo que dice otro o lo que yo ¿creía que era bueno? Cambiar de hábito o de rutina, antes de que caigas en la ruina y no tengas restauración. Pero la cuestión sería quieres cambiar o mejorar tu vida o lo pasas de largo. Solo tú puedes establecer la necesidad y entonces sí se fortalecerá tu voluntad.  

Entre blanca espuma te veo danzar, con suaves pasos te acercas a mí, en el encuentro perfecto de tu ser en mi interior, con pasos pequeños somos uno en el amor. Listones de seda envuelven tus huellas, cubriendo de paz tus pies descalzos. En una corriente de armonía vamos abrazados a una senda de clara sabiduría. Chispas de luz van por tu vereda llenas de mí aunque yo no quiera, proque eres tú, el signo precioso de todo andar en el atajo de la virtud victorioso. No hay más camino que recorrer si yo me acerco a reconocer que el tuyo es el pasaje que a mi vida da valor, ejemplo y alegría.

Te vuelvo a encontrar en cada pequeña cosa que me atrevo a ver y a tocar. En el día que bostezando comienza, en el lector y en lo que piensa, en la pieza clave del juego de la vida, en cada cosa efímera y en todo lo que dura. Te vuelvo a encontrar en lo que me hace segura y en el cúmulo de inmensas dudas. En la alegría secreta en la montaña de sentimientos y vastos atardeceres en lo que fue hoy y lo que será mañana. Te vuelvo encontrar en los sueños sin revelar en la meta cumplida en la cercanía del silencio. Te vuelvo a encontrar en todo lo que piso al andar, en lo que me puedo imaginar, porque todo me lleva a ti. Desde antes y desde siempre te vuelvo a encontrar, gracias Señor por ese inmaculado favor, de llevarme una y otra vez hacia ti.

Murmullos en el viento vienen a recordar por la ventana que el día de hoy será mejor mañana. El murmullo de las gotas de lluvia, que se dejan deslizar por las nubes, están todas comprometidas para dar mejor vida. El murmullo de la voz del cielo se dedica a esculpir en la noche mi estrella guía. El murmullo del movimiento de los árboles con verde clamor vienen a decir que hay que vivir para amar y amar para vivir. Los murmullos que me rodean son caricias coloridas que dejan esbozar una sonrisa al escuchar.

                                                   En el mar, un espacio lejos del murmullo del mundo vas a encontrar. En el mar las penas puedes con el va y ven de las olas dejar arrastrar. En el mar las heridas junto con mil lágrimas saladas vas a derribar. En el mar tu espíritu libre y salvaje como el oleaje debes dejar aflorar. En el mar mil sueños dejas en la profundidad de la arena jugar y cabalgar. En el mar el tiempo no se detiene la imnortalidad del amor es la que empieza en la brisa a flotar. En el mar mil cosas bellas vas a encontrar, un espacio para tu interior que en comunión con el Sol se va a unificar. En el mar tu vida por las riendas puedes retomar, o simplemente reír, gozar y disfrutar, todo eso pasa en el mar.

                                                            Melancolía parece que hoy a mi alrededor es lo que brilla. Melancolía deja aflorar las heridas, tristezas y algunas batallas vencidas. Melancolía, el cielo me dio hoy, la tonalidad con las largas lágrimas de lluvia que no cesan. Junto con el color gris del firmamento se llevan a pausas mi contento. Melancolía, en el silencio a lo lejos una melodía relajante que sabe a nostalgia. Melancolía, quiero envolverme con ella y dejar un espacio para reflexionar, pensar y sanar. Hoy un día que evoca  la melancolía, en cada charco se queda un poco de mi alegría. Las nubes grises me recuerdan algunas nostálgicas historias, que surcan mi memoria. Melancolía, sin dudar tienes un espacio en este día, en este lugar.   

                                                     Fúnebre y gris su semblante más que su vestimenta un matiz lánguido y adolorido, será el cansancio del peso del dolor que lleva consigo, me pregunté. Delgado hasta la transparencia, parece que en algún embate ha perdido su inocencia y toda aquella ingeniudad de niño, para caer en esa apariencia casi casi angelical, sin edad ni tiempo. Su aura deja palpitar su aturdimiento y todo el descontento, deambula como entre espíritus, pareciera flotar, con pesadumbre al andar. Fúnebre, dejó su alegría lozana y entró en una agonía insana, tan suave y profunda, por demás atrayente. Sus ojos, dos cuencas negras profundas, pece a ese aspecto fúnebre, destellantes de luz. Me miró, lo miré, no dijo nada, pesaron detenidos los segundos, fúnebre hasta los dientes; me miró, lo miré. Tenue dijo, te llevo conmigo, entonces entendí, lúgubre estaba yo.

En la espera de tener tiempos mejores en la espera de que se practiquen los valores. En la espera de que se comprenda la necesidad de actuar con verdad. En la espera de una carita sonriente que te haga olvidar el mal de la humanidad. En la espera de lo que se diga sea positvo de condenar a uno que otro, que para la mayoría es un enemigo. En la espera, de que  todos se hagan responsables del  bienestar, en la espera de ya no actuar sin pensar. En la espera de que en un domingo culquiera se deje el institnto para actuar con juicio y poder progresar. En la espera sigo aquí y tú sigues esperando conmigo, estamos en la espera...