Déjate abrazar por los milagros
creer en ellos, estar
libre de los miedos.
El segundo paso es
pedirlos, con la fe
absoluta de que se
gestan aunque tarde
aparezcan.
El tercer paso es observar
su magia, entonces
podemos, con el corazón
pleno, las gracias dar.
Sí existen, sí son para ti,
déjate llevar por ellos,
es un abrazo acogedor,
seguro y bello.
Lo más importante es
tener la absoluta confianza,
de que los milagros en tu vida,
son una alabanza del amor.
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