El reloj


Si fuera un señor, sería un gran observador,
de lo que le rodea en el presente a todas
luces decente, amable y elocuente.

Con paraguas de bastón, pues de una pierna
es un poco cojo, con ella marca las huellas
del cúmulo de horas.

Serio, aconseja a todos no dejar pasar sin
aprovechar un momento, ya que no se recupera
por más que uno quiera.

Tic Tac, Tic Tac, el ritmo de su corazón,
que ecuánime se mantiene ante toda emoción.
De ropas oscuras, listo para soltar las ataduras,
que por confusión pueden hacer doler el corazón.

Ojos profundos, que giran en espiral, al conteo de
un segundo. Sombrero que le da aire de usurero,
a donde llega, pasa él de primero.

Sereno, aniquila lo que atormenta, el pasado
que es en cada segundo olvidado, y el futuro
indolente que muere ante los ojos de tanta gente.

Reloj tiempo, tiempo reloj, es un buen señor.



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