El mar le habló a la Luna


En una noche silenciosa
el mar le habló a la Luna,
le pidió con un dulce susurro
que se incluyera en su danza de amor y
de espuma; para que no estuviera tan sola.

La Luna embelesada contestó,
un poco angustiada; que llevaba años
esperando por tal invitación.

El mar sonrojado, con alfaque,
casi le da un ataque de nervios
al oír tal declaración.

Luna agradecida bajó lentamente
a fundirse con ese encanto de sal y
dulzura que el mar le procuraba.

Y desde entonces no hay más satélite
natural solo la luz  monumental que refleja
el amor del mar y la Luna.

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