Gracias por amarme, por una buena energía darme. Por cuidarme, por estar pendiente para guiarme. Gracias, por lograr que en esta vida mi razón sea servir de corazón. Gracias porque eres lo mejor de mi vida, mi gracia preferida. Gracias por todo lo que existe, por escogerme para amar, das a mi vida un significativo bienestar. Gracias
Amanecí pensando en ti y ya te hice poema, recordando todo lo bueno que eres. Tu belleza interna que refleja tu alegría como fresco viento cada día. Amanecí pensando en ti y agradeciendo la armonía de tenerte en mi vida. Rezando por que nunca te vayas, amando cada cosa que digas o hagas. Contemplando como ha crecido mi amor por ti, que se ha expandido a todo lo agradablemente concebido. Que bendito amanecer pensando en lo bueno que eres para mí, quiero todo lo que venga de ti, es bello amarte así.
https://guatemalanadventure.com/wp-content/uploads/2014/11/LAGO-ONE-DAY-TOURS_604x310.jpg Llenaste de tu dulzura, cariño y bondad cada uno de nuestros momentos. Nuestro amor es y será un fuerte lazo sin límite de espacios ni tiempos. Nos enseñaste a valorar cada día, cada hora, cada segundo cada especial momento. Veremos tus ojos en las aguas azuladas del lago, quien hoy abre sus brazos para tenerte a su lado. Fuiste en cada aspecto para nosotros siempre perfecto, gracias por ser dulce, bueno y por siempre nuestro bienamado. En memoria de nuestro querido Bill Miller
He escogido este lenguaje para transmitirte claramente el mensaje, ya que te inspira de noche y de día, la poesía. La luz que trae tu cuerpo siempre ha sido intensa, inmensa... Sé que este viaje compartido nos ha unido.... Hemos padecido, hemos sufrido, hemos amado, hemos jugado, hemos renunciado... La miel de tu cabello, del destello de tu corazón, de tus palabras, de tus interminables sonrisas; me han hecho sentir más que acompañada súper valorada. Mi agradecimiento es más fuerte que cualquier viento en todo momento. Ahora te veo desinflada, agotada y me preocupas hermana amada. Reconozco que la comida Santa te levanta, pero si Dios en la tierra compartía paneer, dal, arroz y chapata, por qué eres tan ingrata y te ausentas de vivir y compartir los placeres de la cocina como si fueras menos que una vecina. Tu inmaculable belleza la tienes desde el primer segundo en que te conocí, no necesitas castigarte así... Comes crudo y po...
Estoy en deuda con Dios, no puedo contener todas las maravillas que me ha hecho entender. Con la gracia que me ha ayudado a crecer. Estoy en deuda porque ya no sufro ni temo, solo recibo de lo bueno. Todo me lleva hacia la manifestación de mi ser. Estoy en deuda y tan embelesada en este camino hacia lo interno. No encuentro otra forma de agradecerlo que compartirlo contigo, amigo a quien le escribo.
Hubo una vez una pequeña niña que en su preciosa ingenuidad, Pidió entregar a Jesús una flor, todos la vieron como muy pequeña y no adecuada. Escogiendo una joven, según ellos, más agraciada. Al entregarle la flor, Jesús, con un gesto amable sonrió, tocó la flor y la cabeza de la joven. Quiso el destino que la niña atribulada, al ver su camino encontrara una pequeña florecilla amarilla enredada en la maleza. Al verla la cortó y la acercó a su corazón. En ese momento Jesús llegó hacia ella y tomó la flor entre sus dedos. Luego proclamó: lo que estoy tomando ahora es la entrega pura del corazón. ¿Qué entregas tú?
El agradecimiento la clave para ver del mundo su gracia y sentir las cosas buenas que nos rodean. Nos acostumbramos a ver lo negativo, nos quejamos, sin valorar lo positivo, que siempre va contigo y conmigo. Sin reconocer las gracias de los que se acomiden y se acomodan en nuestro circuito de amor. Tenemos el don de la vida, para valorar y agradecer todo en este finito juego. El agradecimiento disuelve la queja, lo tiene que tener presente hasta la que aquí te aconseja. Con agradecimiento saldremos ganando, alegría y gozo estaremos derrochando.
Obséquiame, la belleza de tu alma, tu intensa luz que más de una vez me calma. La pureza de tu amor para que llegue a conquistar la alegría de mi interior. Un gajo de tu dulzura, para poder compartir la nobleza de tu espíritu sin atadura. Regálame una sonrisa para que se expanda con prisa mi devoción. Una palabra porque lograrás que abra mi energía con la fuerza de un león enaltecida. Obséquiame, un punto de inspiración y sabes que abriré por completo el corazón.
Cuidaré de ti, de lo que pueda necesitar tu corazón para retozar. Yo te daré tanto cariño que te sentirás tan amado como un pequeño niño. Yo cuidaré de ti, porque será un gusto para mí, atenderte y darte lo que puedas precisar. Grata forma de amar, es algo que quiero hacer, Dios me lo va a conceder. Verás, yo cuidaré de ti.
En un lejano lejano bosque, vivía un pequeño duende vivaracho y simpaticón. Todo lo hacía con alegría y emoción, solo adolecía de un pequeño problemilla, nombre no tenía, y así había vivido toda su vida. Nadie sabía cómo se llamaba, todos le decían pequeño duende. Sucedió que un día, su sombrero verde se le perdió. ¡Vaya, que situación! ese sí que era un problemón. Porque en él guardaba sus más grandes tesoros, todo lo que sus padres y los padres de sus padres le dejaron como valioso e importante. El pequeño duende estaba preocupado, la señora Luna al verlo tan desanimado le pregunto: -Tienes cara de abatido, pareces confundido, qué te pasa querido amigo. -El duende contó su gran preocupación y dijo-: -Luna, lunita tan bella y bonita, dime tú que lo miras todo ¿ves mi sombrero verde de algún modo? -No sufras más, pequeño duende...
Comentarios
Publicar un comentario