Llévate
Llévate las tardes dolorosas
de la espina en la rosa,
llévate el silencio perpetuo
de la soledad.
Llévate el tormento de la larga
lista de desasosiegos que se
envuelven en las cobijas de
la cama.
Llévate todo, todo el sufrimiento
que no sirve de nada. Llévate
los oscuros rincones de los
corazones.
Llévate las caras largas, los caminos
grises, el miedo que pueda existir
conéctanos con la alegría de vivir.
Llévate lo que nos oculta la oscuridad
y regálanos la necesidad de tu luz
bienhechora que nos adora.
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