El sargento

El sargento
tiene paso largo y rápido
todo perfecto, según él.
De traje limpio y lustrado.

El sargento
impone con entusiasmo
aunque sólo él disfruta, 
eso sí, no se le quita 
su inteligencia astuta.

El sargento 
es agresivo, su punto de vista
prevalece aunque el resto no crece.

El sargento 
no tiene cara de contento pues
no se deleita en el ser, solo le
gusta imponer.

Aunque se haga el humilde 
con toques de buena gente eso no lo
demuestra en su actuar con  la gente.

Pobre sargento
lo peor es que tiene el sexo equivocado,
pues es una mujer pero parece
marimandón redoblado.


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