No me quedan ganas
No me quedan ganas
de seguir a nadie, de
admirar a otros, todos
del cielo al piso se me
han caído y mi corazón
por pausas se ha sentido
tan adolorido.
No más, mi única figura
amada será mi propia
espiritualidad, por el
mismo amor guiada.
Nada, no quiero saber nada,
no me interesa lo que
digan, cuánto sobresalgan,
si se elevan o iluminan.
Este será mi nuevo
estilo de vida, ser mi propia
maestra, la más querida, el ser
más interesante, la actitud más
intensa y positiva, la propia.
Ni una, ni otro, no hay nada
más valioso, ser más importante
que yo, merezco reconocerme
y amarme.
Así ver en todos lo que pueda
de positivo, pero ningún ideal
se queda conmigo.
Me quedé sin ganas.
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