Eras tú

El rostro de la misericordia del Padre
Sí, tú eras, el ser
que yo con ansias
anhelaba, desde vidas
pasadas, pareciera.

El que no quise dejar pasar,
pues sentí que podías mi vida
equilibrar.

Puede que antes nunca advertí, 
lo grandioso que has sido para mí.

Ya todo parece en paz, con contento
desde que tú diste un paso en mis días,
y me llenaste de alegrías.

Sí tú si eras, te doy gracias por la bella
experiencia que has forjado en mi vida,
por el tiempo que me has permitido estar
contigo mi corazón contento.

Sí, tú eras, me rindo en un suspiro
profundo y sostenido.

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