Adiós al disfraz

El Desafio Cristiano: Mascaras en el Evangelio

Definitivamente adiós,

a lo que pensé que

quería ser, sin saber las

bondades de mi interior

y mi espléndido ser.


Adiós, ya nada que temer,

o querer aparentar para

querer ocupar un lugar.


Una cordial despedida,

parte de mi vida, lo que

me tenía cohibida.


Hasta la vista, sale de

mí, las cosas tristes que

me estremecían.


Me siento, libre, amada y

una versión en tantos 

aspectos mejorada.


Adiós al disfraz, queda mi 

ser, para expresar en la faz

de esta y todas las tierras.





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