Hagamos como las arañas, cuando a nadie dañas, se va tejiendo una red de buenas voluntades. Olvidando las propias necesidades, tratando de ayudar y compartir, es una buena forma de vivir. Creemos una red con hilos invisibles, llenos de amor invencibles. Haz oído que las arañas ahí guardan su presa, para cuando tienen hambre, llenemos las presas de virtudes, de las buenas actitudes, que todos tenemos. Una red interminable, una ganancia de amor inagotable, hará de este mundo un lugar más amable. Vente, vamos a intentar ser los primeros en iniciar y en el amor confiar.