El espacio vacío


                                                                                                                
El espacio que estaba vacío
se ocupa ahora con tu nombre
y el mío.

El espacio que era un desierto
consumido por la falta de esplendor
se llenó de brillo entre tus rayos
luminosos y los míos.

El espacio vacío reseco y rugoso
se vistió de encanto con mi fresco
manto y tu gesto hermoso.

El espacio que estaba vacío se
cubrió de llanuras, rompiendo
ataduras, se hizo fuerte y frondoso.

Mi espacio que estaba vacío se
hizo muy tuyo porque está lleno de ti,
Dios mío.



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