Escuchas o estás distraído

                                         
Te sientas al lado mío
pero quedo con el
tormento de si prestas
atención o escuchas
lo que te pido.

Mi corazón se desconsuela
al ver que mi pedido
cae al poso profundo del
olvido.

Me confunde, me duele
me aterra, que mi plegaria
se desvirtúe en un simple
queja.

¿Qué pasa? Dios mío,
no salgo de la penumbra y
de un corazón sombrío pero,
pese a todo, en ti confío.

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