El árbol

                                                                       

El árbol que plantamos
en nuestra niñez, hoy 
sufre de palidez.

Aquel que era tan 
frondoso y fuerte hoy
yace y huele a muerte.

Su raíz se bebió los años,
se llenó de amarga savia
que contaminó lo poco
que de él quedó.

El árbol que sembramos
juntos, no duró, porque
no lo cuidamos ni
su virtud apreciamos.

Aquél que se veía firme
y potente muere ante mí
lentamente, triste le doy
la despedida; solo diré 
que fue lo que más quise
en mi vida.
 
 
 

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