Entre broma y broma...



Entre broma y broma
la verdad casi siempre
se asoma.

Un marido a su mujer
observaba, con frase 
galante dijo en forma
elegante, con gesto
de amante.

Querida, cuando digo 
que te amo, no es ningún 
engaño.

La mujer molesta,
contestó, por qué yo, seguro
fuiste tú. 

Marido desconcertado,
se acercó y en tono
elevando volvió a lanzar 
su halago.

¡Ah! dijo la mujer, yo
escuché, ya tapaste
el baño.


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