El elefante
Los elefantes
de mi sueño
no tenían dueño.
Solos por la calle
deambulaban,
calma y tranquilidad
reflejaban.
Como en un lenguaje de
empatía formaban
parejas con sabiduría.
Con paso de fortaleza
iban caminando hacia la
grandeza.
Con semblanza de ángel uno
se me acercaba y humildemente
la cabeza bajaba, le vi la
frente amarilla, supe que era
bendición que brilla en mi vida.
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