Frente a mi altar

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Frente a mi altar
percibo que soy
el amor fecundo.

El tiempo se
desvanece solo
la purificación
crece.

En ese estado de
consciencia no
existe nada más
que Yo.

Que es todo, que
es uno, sin dualidad
es la única verdad.

Yo, Dios, la voz
dentro de mí, la
bienaventuranza.

Sin miedo, sin dolor
sin pena ni culpa sin
pasión, solo Yo,
la expresión del amor.

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