Tomé el timón de mi velero
Llegué a donde quería estar
después de varias
décadas, de largas
contemplaciones de todas
esas oraciones.
Llegué a dónde había siempre
querido, Dios escucha los
pedidos.
Nunca se olvida de ti, solo
debes pedir lo que realmente vino
a darte.
La consciencia de autorrealizarte
no significa partir de este mundo,
es vivir en él con la divinidad
a flote.
Saca tu bote porque no hay
nada más bello que recorrer por
dentro tu interior y saber que eres
toda esa energía de amor, Dios.
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